VIDA O MUERTE SIMIENTE EN LAS CIUDADES

La otra cara de los desarrollos inmobiliarios 


P R I M E R A    P A R T E



    Vida o Muerte Simiente
“Dios ha muerto. Parece que lo mataron los hombres”
(1844 -1900)


Así habló El Loco1, "Llego demasiado pronto, -dijo luego-, mi tiempo no ha llegado aún. Este formidable acontecimiento está todavía en camino, avanza, pero aún no ha llegado a los oídos de los hombres. Para ser vistos y escuchados, los actos necesitan tiempo después de su realización, como lo necesitan el relámpago y el trueno, y la luz de los astros. Esa acción es para ellos más lejana que los astros más distantes, ¡ aunque son ellos quienes la han realizado !"


Transformación ocasionada por la Revolución Industrial


Queriendo representar la carencia de valores morales que regulan ciertas acciones humanas, la muerte de Dios es la forma de expresar que los humanos ya no son capaces de creer en cualquier orden cósmico desde que ellos mismos no lo reconocen. Según Nietzsche, esta pérdida conducirá no sólo al rechazo de la creencia en un orden cósmico o físico, sino también al rechazo de los valores absolutos —al rechazo de la creencia en una objetividad y una ley moral universal, que se ejerce sobre todos los individuos.


Y así, simbólicamente vaticinado, el hombre todopoderoso, instituyó su propio dios. 
Dios ha muerto, larga vida al nuevo “dios”: el Dinero.


       Los años de progreso. La otra cara

“La auténtica arquitectura murió
cuando se dejó de pensar en el bienestar de las personas
para pensar únicamente en el bienestar de los constructores”
 Arq. Pjse. Cristina Rueda

Los locos y emblemáticos años 60´s, años de hippies, de modas, de rock, de astronautas, de protestas, de emancipaciones, en fin, de cambios, grandes y profundos cambios sociales y políticos que en Latinoamérica dan inicio a la transformación de la cara de las ciudades. Estas empiezan a poblarse con migración foránea, grupos atraídos por la promesa de una mejor vida. Parte de esta ola migratoria ocupó informalmente terrenos en las periferias de las ciudades, creando los cinturones de marginalidad, suscitando el proceso de segregación del espacio urbano. Paradójicamente el progreso trajo consigo la miseria, ocasionada por el “déficit de vivienda como una de las consecuencias más visibles de la sobreurbanización, y la incapacidad estructural de las ciudades para generar empleos productivos correlacionados con los niveles de crecimiento demográfico”, (Undiks, 1990:59) 2

Ciudades latinoamericanas durante los años 60's


En los años 80´s, cuando el modelo neoliberal se instala y traspasa el control del desarrollo inmobiliario a la empresa privada, empieza el mercado de capitales a regir el crecimiento de la ciudad en función de intereses fundamentalmente comerciales. Esto detona el alza y especulación del suelo por parte de la industria inmobiliaria. El territorio ocupado por las cápsulas de pobreza y por la vegetación, adquiere valor e interés inmobiliario, el suelo es ambicionado. ¿Qué hacer con las poblaciones de pobres que ocupan terrenos de altísima rentabilidad inmobiliaria dentro de la ciudad?, y los que vienen a la ciudad en busca  de una mejor vida, ¿dónde vivirán?


       ¿Quién paga los platos rotos?

 “No hay nada más fácil que censurar al malhechor;
nada más difícil que comprenderlo”.
Fiódor Dostoyevski
(1821-1881)

He escuchado con demasiada frecuencia, “no hay dinero”, cuando se trata de proyectos sociales o ambientales de diversa índole: educativos, culturales o urbanos, y más cuando tienen un fuerte componente cualitativo. Ofrecer calidad como beneficio colectivo, parece ir en detrimento del beneficio individual de grupos minoritarios.






Sin embargo, el panorama cambia cuando se trata de grandes proyectos inmobiliarios que implican, por ejemplo, arrasar con inmensas zonas verdes  o con edificios patrimoniales, por citar sólo dos hechos. Estos proyectos sí consiguen con asombrosa facilidad -con la intermediación del nuevo “dios”- el cambio de uso de suelo, para convertirlo en zonas residenciales o comerciales de alta rentabilidad.



El costo social y ambiental ha sido alto. En las ciudades se vive un estado de inseguridad casi paranoico. La violencia surgida de zonas sin espacios adecuados para la convivencia, donde el hacinamiento es semillero de sociopatías, permea a toda la ciudad. No es un asunto “estético”, es un asunto “fisiológico y ético”. Esta situación ha servido para justificar la creación de conjuntos residenciales cerrados, amurallados y con acceso controlado. La industria inmobiliaria le imprime el carácter de “exclusividad” y verdaderamente lo son: excluyen y segregan, dividen y fragmentan el espacio urbano y social. La idea de la “exclusividad” (proviene de “excluir”) ha sido vendida como un privilegio para vivir con “seguridad”. Mas es uno de los aspectos que impiden la integración y la convocatoria a la convivencia cotidiana del espacio urbano, y por ende facilita la agresividad que pudiera surgir del sentimiento de rechazo.

¿Es acaso la pobreza un negocio que ha sido creado
 intencionalmente con algún fin oculto? 


Uso de Suelo según IMPLAN. México
REZUS 2009 (Reglamento Zonificación y Usos de Suelo)


Ocupación ilegal de Zona de Reserva Forestal, México





….(continuará en la próxima entrega)


La caridad es la santa y saludable virtud

que enseña al rico a dar sin ostentación

para que el pobre reciba sin humillación.

Allan Kardec 
(1804 –1869)







  1. Nietzche, F. La Gaya Ciencia, Libro Tercero, Sección 125.
  2. Undiks, A. (et al), Juventud Urbana y Exclusión Social, Editorial Hvmanitas, 2009





Comentarios

  1. Ciudades deshumanizadas. Interesante la relación que establece entre degradación ambiental y social.

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  2. llegue a este blog por casualidad, seguiré explorando, pues, hay una lectura sobre la urbanización en coinncidencia con lo que uno sostiene..

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