La Naturaleza construye sus formas a partir de la constante matemática phi (Φ y φ)
Toda arquitectura hecha con los patrones geométricos de la naturaleza resuena con el pulso de la Vida. Esta resonancia entra dentro del rango Alfa, 7.8 Hz, considerado el pulso de la Tierra o Resonancia Schumann. A partir de 1992 ha subido hasta 11.5 Hz (ciclos por segundo)
Cuando entramos en contacto con la Naturaleza o con edificaciones construidas con geometría fractal, nuestras células responden a ese pulso o rango de resonancia y sentimos una sensación de bienestar.
Esta conexión con la Naturaleza se denomina Biofilia.
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